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  • ¿Cómo y cuándo educar el carácter de nuestros hijos?

Entrevista a profesora Laura Vargas

Por Dirección de Comunicación. 06 junio, 2016.

La educación del carácter es una forma de preparar a nuestros hijos para tener vidas logradas, fortaleciéndolos para que sean capaces de enfrentar las dificultades de la vida de manera positiva y acertada.

“Es de real importancia educar el carácter de los niños ya que una persona que no forma su carácter, se aproximará a la vida desde una personalidad más primaria, básica, y por tanto será menos libre en sus decisiones. Será más propenso a los riesgos como adicciones o dificultades mentales, pues el carácter actúa como un protector frente a estos retos. Y sobre todo, tendrá mayores dificultades para encontrar su felicidad y la de las personas que tiene a su alrededor. Nuestro carácter puede ser una ayuda o impedimento para la realización personal futura de nuestros hijos, y de ahí su importancia”, explica Laura Vargas, docente del curso de psicología infantil ‘¿Cómo y cuándo educar el carácter de nuestros hijos?’ de la Universidad de Piura.

La formación del carácter se puede –y debería- de hacerse desde que el niño está pequeño. Por ejemplo, acciones como ayudarle al niño a estabilizar sus horarios de sueño y comida o acompañarle mientras recoge sus juguetes, son una manera de ir formando su carácter al enseñarle el orden. La educación del carácter, además, no termina nunca.

“Dentro de este proceso, las familias cumplen un rol fundamental e irremplazable, es el espacio principal donde se da la formación del carácter. Nadie mejor que ellos, que le conocen a profundidad, para ayudarle a crear un carácter que compense sus debilidades personales. El niño aprende muchísimo por medio del ejemplo, del halago o corrección cariñosa de sus padres”, comenta Laura Vargas.

Sin embargo, existen factores que pueden afectar de manera negativa el carácter de nuestros hijos. Actualmente, muchos padres de familia trabajan ambos fuera del hogar. Ellos son conscientes de que no pueden dedicar el suficiente tiempo a estar con sus hijos y esta es una de sus principales preocupaciones, pues esto tiene consecuencias que pueden ser muy duras para la familia y sobre todo para los hijos. Efectivamente, esto es una dificultad objetiva y de una u otra forma siempre afecta a los niños. Pero podemos intentar compensar el efecto con tiempo de calidad, interés y formación sobre este tipo de temas.

“Otra gran dificultad es que estamos formando a nuestros hijos para vivir en una sociedad que nosotros mismos no sabemos bien cómo será. Sabemos, por ejemplo, que cotidianamente convivirán con la tecnología a un nivel que nosotros todavía no vivimos. Esto les traerá muchos beneficios, pero también riesgos y retos a futuro. Como padres, debemos preparar a nuestros hijos para vivir en una realidad incierta para nosotros. Formar el carácter de nuestros hijos es definitivamente una buena inversión, pues les prepara para enfrentar de manera acertada los retos que puedan surgir”, afirma la experta.

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